Otro año que se nos va. Es impresionante darse cuenta de como nuestras prioridades e inquietudes van cambiando conforme avanza el tiempo, dependiendo de las circunstancias o momentos que estemos viviendo en nuestra vida. ¿Tiempo perdido, tiempo bien aprovechado? Ya es decisión de cada quien. Muchas veces nuestra respuesta a vivir al límite es: “Estoy joven, no siempre voy a tener 19 años, hay que aprovechar”. Y es en serio, no siempre vamos a tenerlos, pero con el ritmo de vida que llevamos ¿a cuántos vamos a llegar? ¿Qué tanto estamos pensando en un futuro? ¿En que lo que estamos haciendo hoy va a repercutir en nuestra vida adulta? ¿Acaso somos una especie de “Benjamin Buttons’s” que estamos viviendo como viejitos y esperamos serlo para rejuvenecer? ¿Porqué no vivir el hoy, pero sin dejar de pensar en las consecuencias que va a tener más tarde? Aprovechar que somos jóvenes y llenos de vida, pero no comernos el pastel de un solo bocado por miedo a que el tiempo pase y no sepamos aprovecharlo. Vivir el día a día, pero no afectando nuestra vida futura. Es cierto, nadie te garantiza que vas a despertarte mañana, pero tampoco nadie te garantiza que no vas a hacerlo, ¿Por qué no dejar de vivir en los extremos? Vivir el presente y aprovechar el momento, no está peleado con prever a futuro.
Karla Fernández
No hay comentarios:
Publicar un comentario